Conversación con mi hija Irene


El día 8 de Mayo de 2008 mi hija falleció con 11 años de cáncer. Es difícil expresar lo que ocurre dentro de un padre, de una persona dañada en lo más íntimo, y una vez más me apoyaré en una canción y dejaré que ésta me sirva de guía y decir cómo estoy después de 18 meses. Esta carta sería la transcripción de una conversación imaginaria con mi hija Irene:

 

A veces me elevo y doy mil volteretas, creo que por  unos instantes he conseguido olvidar el hueco que dejó tu partida, pero en una de esas volteretas me reencuentro contigo, cualquier aroma, una foto, un instante ,un recuerdo, ver una mariposa es pensar en ti, uno piensa en lo que le ocurre y de repente deseo hablarte o hablar con mi gente, y otras veces me encierro tras mis puertas abiertas, esas puertas abiertas serían una máscara, un personaje que te creas para poder vivir cada día, tal vez sería más correcto decir sobrevivir, abres la puertas y no dejas entrar a nadie, no deseo que nadie pase dentro de mí, ni necesito salir… o… SÍ.

A veces te cuento por qué este silencio, pero de repente recuerdo que no es necesario que te diga nada, creo profundamente que tú siempre estás conmigo, sé que para ti ahora ya soy transparente, sientes, ves y oyes cada momento mío, sólo me queda rendirme a ti, de alguna manera eso me reconforta, saber, sentir que al menos tú sí sabes todo de mí, y aun estando en silencio me siento escuchado por ti. Entendería que cualquier persona que no esté pasando por algo similar tuviera la sensación de estar leyendo el relato de un loco, de un hombre con disociación, ja ja ja, sé que alguien sonreirá al leer este extraño “palabro”, en fin, y es que a veces soy tuyo y a veces del viento, soy tuyo porque estás dentro de mí o yo de ti, y a veces espero que el viento me adopte y me haga volar, cerrar los ojos y permitir que él me lleve, imaginar que coincidiremos en no sé muy bien dónde. A veces es un hilo lo que me une a ti y a veces son cientos, te necesito tan cerca, que no hallo consuelo ni alegría en casi nada, y hay veces, mi vida, te juro que pienso ¿por qué es tan difícil sentir como siento? A veces me enfado con el mundo, con Dios, contigo, conmigo, me esfuerzo por asumir tu ausencia física pero no es sencillo, a veces te miro, te busco y a veces te dejas sentir, te presiento, te noto.

Me prestas tus alas y vuelo contra el viento, porque sé que aún no volaremos físicamente juntos y no siempre me consuela volar “virtualmente” contigo, casi nunca me fallas y cada vez que te busco… te encuentro, pero a veces deseo ser tuyo y a veces… de  NADIE, a veces te juro de veras que siento no haberte dado mi vida entera, haberte dado sólo momentos. Pero a día de hoy aún me ocurre, no siempre consigo estar contigo, a veces mis pensamientos, mis sentimientos están dispersos, descolocados, desorganizados, ¿por qué es tan difícil vivir?… Sólo es eso, vivir.

Cuando nadie me ve puedo ser o no ser, es más fácil para mí estar contigo en la intimidad, poder ser yo, tal cual, poner el mundo al revés y volver a estar contigo. Cuando nadie me ve no me limita la piel, solos tu y yo, sin cuerpo, tan sólo dos almas que se buscan y luchan por encontrarse. Cuando nadie me ve, puedo ser tierno o tirano, puedo ser padre o huérfano de hija, puedo ser lo que me pida en ese instante mi raza.

Sabes que esta historia la escribo desde los centros de mi propia existencia, tal vez seas tú misma quien pregonas lo que tu produces en mi interior, ahora sólo tú sabes dónde me nacen las ansias, mi infinita esencia, hay cosas mías que ni yo mismo comprendo, tal vez contigo aprendí a mirarme por dentro y ahora intento comprenderme, supongo que siempre pensé que no las tenía… en fin no entiendo mi vida, sólo creo saber que cada día gracias a ti soy más sensible y cuando nadie me ve puedo estar contigo tal cual, no necesito ni luz ni taquígrafos. Así, a oscuras, tú y yo, y por favor, Irene, no enciendas la luz que aún tengo desnudos el alma y el cuerpo y todo me hace daño.

Cuando nadie me ve… tú ya sabes que pienso en ti también. Aunque la humanidad crea que el tiempo borra los recuerdos, cada día el recuerdo es mayor, tu ausencia causa más dolor y si era posible siento por ti más amor.

Cuando nadie me ve… puedo ser o no ser, puedo ser YO o ser nosotros.

Cuando nadie me ve puedo susurrarte que sólo el tiempo podrá limitarme lo que ambos compartimos.

…Y ahora que un poco me veis los demás, sabed que siempre la amaré.

 

Aquí tenéis un vídeo de esta canción, pinchar el enlace y… disfrutar de en mi opinión una curiosa manera de mirar hacia dentro:

http://www.youtube.com/watch?v=BE-lF-7vwDc

 

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Gracias por tan bonitas palabras para tu hija llegan al corazon leer todas estas cosas
y mi me cuesta mucho espresar mi sentimiento y tanbien escribirlo mi hijo Aday partio con 21 año de un accidente de coche y la verdad que me dejo mucho recuerdos muy lindos que vivimos juntos
pero esto para mi es como si fuera un sueño
ahora tengo a mi hija Nereida con cancer de pecho el 20 de agosto se lo quitaron pero vivi por mis nietos porque la verdad que ya no soy ni la mitad de la persona que era
hace 9 meses tambien partio mi madre y ya es mucho para una persona
un abrazo de corazon

Roberto, no dejes de escribir… solo dices lo que los demas no somos capaces de escribir.
Maravillosa. Yo sé que está contigo en cada momento “cuando nadie te ve”.
Un abrazo

¡Que casualidad!
Ayer siete de diciembre recibo estas, tus letras llenas de lo que ahora yo siento. Hoy me encuentro así. Has conseguido plasmar gran parte de lo que nos es difícil enseñar a los demás. Sentir, los sentimientos, leer lo que de verdad estamos sintiendo.

¡Que casualidad!
Ayer siete de diciembre pensaba mientras caminaba hacia casa, que iba a escribirte un mensaje intentando manifestar la congoja que me iba invadiendo. Pensamientos que crean un nudo en la garganta y nos hace daño, pensamientos que nos dejan sin aliento, sin fuerzas. Mientras caminaba sin ver, hablaba con él. Ese era mi pensamiento.

Hoy 8 de diciembre es un día mas para muchos y un día grabado a fuego para otros. Un mes mas, un año mas, una vida sin la persona que más hemos querido.

Me ha gustado mucho tu carta a Irene.

Hola Roberto, creo que es la primera vez que necesito responder a algo que, a mi modo de ver, es una autentica preciosidad, una carta a Irene que se ajusta perfectamente a todo lo que en diferentes momentos estoy sintiendo dia a dia por Sandri, me identifico completamente con todas las emociones que has sabido plasmar con tanta sinceridad y tanta realidad. Te agradezco esta carta de corazón, primero porque he podido llorar y llorar y eso después me hace sentirme con mas calma y despues porque has escrito frases con tanta emoción que, aún viviendolas cada día, yo nunca hubiera sabido expresarlas tan certeras como lo has hecho tu.
Muchas gracias.
Un abrazo