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Hola Carmen, mi niño se llamaba, o se llama, pues para mi todavía lo sigo teniendo presente, Ander, y el desafortunado accidente ocurrió a la hora de comer, un trocito de aceituna no quiso bajar a su estomago y se atraganto, cerrandole las vías respiratorias. Fué muy rápido, tan solo unos minutos (pero parecían horas)cada vez que me acuerdo de ésto no puedo aguantar el llanto, pues no consegí salvarlo. No pienses que me siento culpable, pues intentamos hacer todo lo posible, y todo lo que estaba en nuestras manos. También los servicios médicos que se presentaron en casa a los pocos minutos lo intentaron, pero ya no pudo ser, había llegado su momento y él se marchó. Lo peor de todo, o lo peor que yo llevo, fué que sus hermanos también lo viero, y creo que es algo que nunca se les olvidará, pués yo viví el momento muy intensamente, siendo muy práctica e intentando salvar a mi hijo, pero no me daba cuenta de la histeria que había a mi alrededor hasta pasadas unas horas. Bueno, ésta es nuestra historia, y ahora solo nos queda vivir día a día y noche a noche (que se hace eterno)para curar éste dolor tan fuerte que sentimos, y aprender a vivir con Ander desde el corazón. Gracias por interesarte por mí y mi familia. Gracias otras vez. Un beso.
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