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Querida Mariam, siento muchísimo que hayas tenido que vivir unas experiencias tan dolorosas. Lo siento profundamente.
Ahora permíteme que me exprese, con la misma libertad que lo haces tú con todo tu derecho, como no podía ser de otra manera.
¿Por qué deduces que la muerte no es para mí algo serio? Nosotros también hemos perdido a una hija, y la vimos sufrir mucho, antes de que todo terminara. Ella murió de leucemia y tuvo que pasar por el calvario de la quimioterapia, con lo que ello conlleva. Habrás visto seguramente algún reportaje en la televisión de esos niños calvitos, que esperan vencer y continuar con nosotros. He visto morir a muchos niños, ¡demasiados!, a lo largo de casi dos años de sufrimiento en el hospital. ¡Cómo no va a ser seria la muerte para mí! Se me saltan las lágrimas al recordar tanto sufrimiento a nuestro alrededor, pero es que yo soy un blandengue, claro.
Quiero decirte que entiendo tu manera de pensar, porque yo pensaba de modo semejante al que tú reflejas en tu mensaje. Sin embargo, nunca se me ocurrió quitar la esperanza a nadie. Cuando, por ejemplo, veía a gente que tenía fe en Dios, sentía envidia sana porque, me decía, "ellos tienen dónde agarrarse, yo, no". Y entendía que, engañados o no, eso era bueno para ellos. Y comprendía que tratar de imponerles mi modo de pensar no lo era. ¿Qué les podía, yo, ofrecer a cambio? Y, ¿sabes?, la vida da muchas vueltas y ahora me alegro de no haberlo hecho, porque ahora sé que estaba equivocado, pero eso es otra historia.
Por otra parte: ¿Crees que miento con lo que cuento en el foro? ¿Mentirías tú utilizando a tu hijo muerto? ¡Estoy seguro de que no! Pues puedes estarlo tú también en mi caso. No dudes de que estoy contando algo que ha sucedido, y como ha sucedido, ¡lo puedas creer o no! Tal vez sería más práctico para ti (es mi opinión, perdona el atrevimiento) que te preguntaras algo así como: si esto que esta persona ha contado, es verdad; ¿cómo es posible algo así? ¿Qué cosas hay por ahí que yo desconozco? Quién sabe, a lo mejor esa pregunta te lleva hacia derroteros que ahora ni te imaginas, quién sabe. Pero sólo si crees que te puede merecer la pena, claro. Insisto: ¡es mi opinión!
Como ves, no trato de convencer a nadie, sino sólo intento llevar la esperanza que nosotros hemos encontrado a quienes les alcance, nada más. Pero hay quienes no quieren permitírnoslo. Se ve que a ti no te sirve, y eso está bien. Pero te puedo asegurar que algún otro sí, y creo que también deberías respetarlo, y hasta desearlo, si con ello encuentran sentido a su vida ¿no te parece?
Estarás de acuerdo conmigo en que no hay una sola manera de ver las cosas de la vida. Es algo evidente, ¿verdad? Pues eso mismo ocurre con el tema de la muerte, por más incomprensible que nos resulte una cuestión que nos llega tan dentro.
Hay muchas personas que piensan como yo, menos que den la cara, claro. También sé que, en nuestra cultura, hay más que lo hacen como tú, que es como pensaba yo antes, pero no es cuestión de cantidades sino de vivencias. A nadie le gusta sentirse no sólo incomprendido sino en algunos casos (que no es el tuyo) menospreciados.
Pero hay también muchos otros que después de haber conocido en su vida el desgarro de la muerte de un ser querido, antes de lo que lógicamente podían esperar, por razones diversas, han llegado a convencerse de que la vida sigue en otro lado, que desean comunicarse con nosotros, que sienten tristeza por nuestro dolor y muchas más cosas que ya se conocen y que están ahí; escritas para todos, también para quienes, como en tu caso, según dices, no hayan tenido alguna experiencia personalmente, cosa que lamento de verdad, pero nunca es tarde, Mariam.
Esos testimonios, semejantes al que dejé en el foro, están ahí y pueden ser consultados y libremente analizarlos. Las personas pueden leerlos o no, aplicarse en ello o no. Pueden emprender la búsqueda o no; pero eso es una cuestión de elección personal, y cada cual elegirá la que le interese... y todas están bien, pero ¡todas!; las de los que deciden buscar también.
Hay ya muchos testimonios escritos de personas que han invertido su tiempo, su dinero y su prestigio para movidos por la com-pasión y el amor que ha llenado a su vida, compartir esa "su realidad", con los que sufren porque están convencidos de que su ser querido ya no existe.
¿Te parece que lo que he dejado en el foro podemos calificarlo de "mensajitos". A mí desde luego no. Mariam, utilicemos el sentido común, como dices,aunque hay quien dice que es el menos común de los sentidos : si no estoy mintiendo (y espero haberte convencido de ello), y si, además, no parece que lo he dejado escrito se pueda asignar a ninguna clase de demencia conocida, podremos fácilmente concluir que parece algo más que "mensajitos", algo probablemente mucho más importante como para llamarlo de esa manera. Para mí, que en él estoy utilizando la memoria de mi hija es “¡sagrado!”.
Mariam, con el sentido común en la cabeza; un cenicero con un par de colillas humeantes indican que presumiblemente, al menos, alguien ha estado fumando, incluso que no ha pasado mucho tiempo. No exigimos tanto para aceptar la veracidad de las cosas cotidianas. Otra cosa es que lo que salga de lo acostumbrado no nos quepa en la cabeza, pero eso sería otra cuestión.
De verdad, no trato de polemizar con nadie, insisto, tampoco convencer, pero tengo el derecho de exponer libremente mis opiniones, como haces tú misma. De otra manera podría parecer a quienes nos lean, ya que la página es pública, que yo habría mentido o algo semejante. Y, de verdad, no es tanto eso, como el que, si el testimonio a conseguido ofrecer a alguien argumentos para abrirse a la esperanza, siga teniendo razones para no desistir de su empeño.
Agradezco tu mensaje; una vez más, ha sido valioso para estar seguro de lo difícil que resulta que los demás acepten nuestras ideas, cuando no las comparten.
Para terminar y no dejar un mal sabor de boca, cosa que aunque lo he intentado no sé si lo he conseguido, recuerdo que hace unos días oí en la radio a alguien que decía una frase que, a su vez, él no recordaba dónde la había oído. Ésta era: ¡Qué inteligentes nos parecen los que piensan como nosotros!
Bueno, pido disculpas por haberme alargado tanto.
Mariam, con afecto y cariño te deseo lo mejor. Siempre podrás, si quieres, contar con mi esposa y conmigo. Estamos convencidos de que como mi hija y también mi padre, fallecido dos meses antes que ella, tu hijo y tu padre, y los hijos y los padres y los abuelos de todos nosotros siguen viviendo y evolucionando en un mundo de Luz y de Amor, accesible ya para muchas personas desde la Tierra. Por ejemplo, para esa señora cuya experiencia dejé en el foro con la mejor intención de mi corazón. Para mi esposa y para mí, y para muchos más de los que te imaginas, también.
Un abrazo a todos. Y otro especial para ti.
José Luis.
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