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Habrá alguien más pobre y mísero que yo? iba pensaba un mendigo mientras comía un mendrugo de pan... cuando vovió la cabeza y vio que otro mendigo caminando tras él cogía las migajas que este iba dejando.
A esto me recuerda tu historia. EL final para nosotros aún no ha llegado, buscaremos no aún mendigo que recoja las migajas que vallamos dejando, si no el horno que horneo los panecillos para comerlos bien tiernecitos, no crees?
Marian
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