Poesía atribuida a Jorge Luis Borges.
«Dime, por favor, donde estás,
en qué rincón puedo no verte,
donde puedo dormir sin recordarte seguir leyendo
«Dime, por favor, donde estás,
en qué rincón puedo no verte,
donde puedo dormir sin recordarte seguir leyendo
Querido …
He sufrido una pérdida terrible y me siento anonadada. Me va a llevar tiempo, quizá años, recuperarme de esta pena tan tremenda. seguir leyendo
Sea donde sea que uno busque información sobre el duelo, seguramente se encontrará con una serie de definiciones, síntomas, fases, períodos de tiempo… Es una costumbre moderna esta de acotar las cosas, de clasificar, encuadrar, quizás en búsqueda de una fuente de seguridad. Pero los sentimientos no se pueden desmenuzar como una máquina y sus piezas, los sentimientos vuelan a su manera, distinta en cada uno. seguir leyendo
Cuando le sucedió el accidente a Paula, muchas veces escuche a personas que me querían mucho, decir cosas como: «No puedes seguir llorando por lo que paso», «Ya es tiempo de que pases pagina y sigas adelante» o «Ya debes intentarlo de nuevo», y la verdad es que no se por que pensaban que podían saber si era tiempo o no de hacer cualquier cosa. seguir leyendo
Cuando se nos muere un ser querido, una parte de nuestro ser muere con él, nuestra forma de ser cambia brutalmente, ya no somos los mismos, hay un antes y un después. Ese es un momento crucial en nuestro estado tanto físico como mental, emocional y espiritual. seguir leyendo
La muerte no tiene que ser un tabú. No tengamos miedo a la muerte. Las cosas no son siempre como las vemos, hay significados que no llegamos a entender. Hay que aceptar los hechos tal y como vienen e intentar ver más allá de lo que tenemos delante. La ciencia dice que la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. seguir leyendo
“Tras la experiencia de dolor, jamás volverás a ser el que fuiste: eres otro. Si lo admites y admites que tu vida puede mejorar, aunque no esté esa persona querida, ¡renaces! seguir leyendo
Me faltó tiempo. Me faltó abrir un poco más los ojos. Me sobró ver demasiada televisión. Supongo que, de haberlo sabido antes, sólo un poco antes, me habría tomado menos molestias en tratar de entender cómo se relacionaban los números entre sí. Entender las ecuaciones, los logaritmos, la geometría. No me gustaban las matemáticas. De alguna forma, y muy levemente, intuía que en la vida las cosas no responderían a normas tan exactas y precisas. Que sumar no siempre era conseguir algo mayor. Que incluso restar podía llevar a la abundancia. Pero yo veía demasiada televisión y me creía que el mundo era como lo contaban los periódicos y lo contaba la gente. seguir leyendo
Al iniciarse el duelo, vivencias confusas y negativas como la culpa, el resentimiento, la impotencia, la sensación de ser incomprendidos por el medio familiar y social se hacen presentes en ambos padres. seguir leyendo