Artículo publicado en el periódico el mundo el 20/12/2013
Entrevista a Dulce Camacho y Marta Fernández (Directora y Presidenta de ALAIA)
«Quiero que las fiestas pasen cuanto antes, que me levante un día y que hayan terminado». «Que no lleguen nunca». «No pienso celebrarla, haré como si no existiera» Este y otros pensamientos similares son sólo algunos de los que podemos oír en esta época del año. La Navidad, hasta para los corazones más fríos, evoca nostalgia y recuerdos de algún tiempo mejor. Y esa carga de sentimientos se antoja más grande cuando se echa de menos a alguien, que ya nunca va a volver a estar. Sin duda, el dolor que produce la pérdida de un familiar o amigo, en estas fechas, se vuelve más patente.
«Cuando se ha sufrido la pérdida de alguien querido, la Navidad puede provocar un tremendo vacío y mucho dolor por la ausencia de esa persona que nos ha dejado. Incluso mucho antes de que lleguen estas fiestas, las personas ya empiezan a temerlas, a preguntarse cómo van a poder con ellas, a desear que pasen lo antes posible», aseguran Dulce Camacho, psicóloga y directora de Alaia (Asociación de Ayuda a Enfermos Graves y Personas en Duelo) y su presidenta, Marta Fernández.
Es una época difícil para las personas en duelo ya que todo a su alrededor transmite alegría e incluso, señalan las expertas, les duele ver que todo el mundo es feliz y que ellas están inundadas por una inmensa tristeza. Además, si está en su primer año de duelo, «ese tiempo resulta especialmente duro, pues es cuando se sucede el vivir ‘el primer cumpleaños sin…’, ‘las primeras vacaciones sin…’ etc.», explica la periodista Paloma Rosado, experta en trastornos psicológicos en niños y adolescentes y autora del libro La revolución de la fraternidad.
Otro de los factores, además del tiempo transcurrido de la muerte dentro de la evolución del duelo son las circunstancias de la muerte, como por ejemplo la causada por un hecho traumático, la edad del fallecido, el vínculo afectivo que nos unía a él- mucho más intenso cuando se pierde un hijo- o el apoyo social, etc. Todo esto influye a la hora de afrontar la Navidad.
Consejos para afrontar las fiestas
La presidenta y directora de Alaia exponen una serie de recomendaciones para intentar afrontar estas fiestas navideñas. «Algunas personas deciden, sobre todo el primer año, no celebrarlas, hacer como si fueran días normales, o bien realizar un viaje a un lugar que no les recuerde lo que ha sucedido. Pero al año siguiente tendrán que volver a enfrentarse a la misma situación, por lo que siempre habrá una primera Navidad sin», explican.
Una de las propuestas que indican las expertas es llevar a cabo una reunión familiar antes de que lleguen las Navidades, en la que participen todos los miembros, niños y adolescentes incluidos. Ahí, cada uno habla de lo que le gustaría hacer estos días, de sus miedos y necesidades, como una forma de compartir los sentimientos por los que están atravesando, y juntos decidir qué es lo mejor para todos en estos momentos tan difíciles. Y después, «hacerle saber a la familia extensa lo que se ha decidido, y lo que necesitan de ellos, para evitar así la falta de comprensión que suele haber entre los allegados a la hora de celebrar estas fiestas».
Otra de las propuestas es buscar una manera de recordar al ser querido, por ejemplo, en la cena de Navidad, en Nochevieja o en Reyes, recordarles con una foto, una vela, nombrándolo, contando algo de él. «Esto quizá provoque que se salten las lágrimas, pero de alguna forma reconfortará haber podido tenerle presente, hablar de él, u honrarle», exponen.
Es importante, además, que los niños estén presentes en estos rituales, y que ellos también aporten cosas. No es bueno hacer como si nada hubiese pasado.
Qué pasa con los niños
Como en cualquier otra época, mantiene firmemente Paloma Rosado, hay que invitar al niño a que entre en contacto con sus emociones, desde un contexto de confianza generado por el adulto. «La actitud de la familia ante la situación es un espejo en el que el niño se mira. Él siente la inquietud y el malestar de los padres y los más pequeños lo registran como peligro y riesgo de abandono», explica. Por tanto, es fundamental explicitar lo que se siente, a cualquier edad, ya que «genera una dinámica más sana: ¿Confían los adultos en sus amigos, hablan con ellos y les piden ayuda? ¿No niegan lo que sienten y no dicen que no pasa nada mientras les ven llorar?».
El niño debe ser partícipe en todo momento del dolor que produce la ausencia y de los recuerdos que se evoquen hacia esa persona querida. El niño, comenta Rosado, necesita que escuchen sus temores y fantasías y que acepten sus sentimientos como válidos e intachables, ya que ese proceso de validación le ayuda a sanar la herida y eliminar culpa. Así, es muy importante apunta, que los adultos «den permiso al niño para que sueñe y disfrute de la magia de la Navidad». Los niños no deben sentir culpa por querer jugar y disfrutar.
Por otro lado, añade que hay que hacer partícipes a los niños de lo que está pasando en la familia. Así, es bueno que los adultos manifiesten y expresen su dolor delante de los ellos, siempre que no sea de modo desconsolado. Eso les enseña, concluye Rosado, que ellos también pueden llorar delante de los demás: «Es bueno llorar juntos y abrazados pero sin que el niño se sienta obligado a tener que estar triste porque los demás lo están».
Artículo publicado en el periódico el Mundo el 20 de Diciembre de 2013
http://www.elmundo.es/salud/2013/12/20/52b34f2622601d70208b457a.html
Hola, recién estoy conociendo esta página y me gusto , muy bueno este artículo
Definitivamente es muy duro enfrentar estas fechas sin el ser querido que partió
Yo personalmente tuve un día muy triste, llore sin parar , exprese mis sentimientos , y desahogue mi dolor , salir a la calle es como un puñal a mi corazón , son retos muy duros y difícil de enfrentar , cafa vez que salgo a la calle es a matar un León
Pero tamb se que a través de estas duras pruebas crecemos como seres humanos y que Dios nos muestra su propósito a través del dolor , nos fortalece y nos hacer mejores seres humanos
Gracias por este artículo , y gracias por estar ahí para de alguna forma darnos apoyo a todas las madres que estamos pasando por este duro y desgarrador proceso